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viernes, 12 de febrero de 2016

Este jueves... Una historia de fantasmas.

Esta semana, nuestra querida amiga Charo, nos anima a escribir sobre... Una historia de fantasmas. Espero que disfrutéis con mi aportación y con las vuestras, que podréis ver en la casa de Charo.



El salón estaba repleto de cazadores, y desbordado con el sonido de sus cucharas contra el plato. Degustaban unas migas mientras la cocinera, con la espumadera en el caldero grande, parecía dirigirlos como un director de orquesta. Voces, risas, vino (prohibido comer las migas con agua) y cucharadas en los platos de vidrio viejo. 

Entre conversaciones cruzadas y sonoras cucharadas, alguien hace un comentario que paraliza la escena. Alguno, nuevo en la cultura montera, ha mentado al ciervo blanco. Cállate hombre; Más cuidado con lo que se dice; Aquí se viene a lo que se viene, y el que quiera joder ¡puerta! Eran algunos de los comentarios que le lanzaron. 

El incauto se asusta por la crispación que ha provocado con su inocente comentario. En ese momento, suena el lento caminar de un animal grande. Sus pezuñas golpean con firmeza sobre el suelo del salón. Nadie habla. Todos, en silencio, se ponen de pie. Algunos incluso se cogen al antebrazo del de al lado. Un gran ciervo, blanco y con una maravillosa cuerna oscura, ha entrado en el salón. 

Aquel día, aquel incauto, supo que al ciervo blanco no se le nombra. Y no se le nombra porque aparece, y, por un momento, todos los presentes se ven los unos a los otros con el aspecto que tendrán el día de su muerte. 

Aquel día, aquel incauto, los vio a todos viejos, muy viejos. Y sintió la curiosidad de ver su aspecto frente a un espejo. Y le asustó ver que, su aspecto, no había cambiado. 


Alberto Villares

14 comentarios:

  1. Tal vez no tenga mucho futuro. Una idea inquietante.
    Y de eso se trata ese jueves.

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  2. un relato curioso e inquietante de verdad

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  3. Genial ese verse como en el día de su muerte. Una magnífica historia con un final impactante. Te aplaudo sinceramente.
    Un fuerte abrazo.

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  4. Primero se ha de enterar uno de las costumbres antes de hablar, sino pasa lo que pasa. En este caso, el incauto salió perdiendo.
    Un abrazo

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  5. La verdad que si, pobre incauto. Así aprende para otra vez... O no, jeje

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  6. Ufff, y quién hubiera podido resistirse a no mirarse en el espejo? Somos curiosos por naturaleza y tendemos a querer saber aunque pueda que no nos guste lo que vayamos a ver... Que buen relato!!
    Besines...

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  7. Gracias por visitar mi blog que me permite conocer el tuyo.

    Me ha encantado tu relato juevero, parece que causo crispación ese comentario al nombrar al ciervo blanco. Imaginativo tu relato, te felicito.

    Me quedo viendo mas entradas.

    Un beso.

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  8. Aterrador ver en el espejo el futuro inmediato... hay que aprender a callar de vez en cuando.
    Besos

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  9. Wowowowowowo!...qué buena historia!!

    Me encantó lo del cazador cazado... dura forma de aprender una lección!

    Un beso.

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  10. Vaya! Menudas musas te vinieron a visitar al final...Es un relato muy bueno, que crea expectación cuando entra el ciervo y no se sabe qué va a pasar. Y el final es increíble cuando caes en la cuenta de que si no se ve viejo será porque no va a llegar.
    Te felicito, me ha encantado!
    Muchas gracias por participar!
    Un beso

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  11. Muchas gracias por vuestros comentarios. Sabéis leer entre líneas, y de vuestras palabras aprendo. Gracias

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  12. Muy bueno, y es que antes de hablar has de observar.No se puede invocar a lo invocable porque despues pasa lo que pasa....besos.

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  13. Muy bueno, y es que antes de hablar has de observar.No se puede invocar a lo invocable porque despues pasa lo que pasa....besos.

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  14. Bravo...tienes el don del relato y de la imaginación y de la doble historia...es muy bueno...eres un maestro

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