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jueves, 28 de abril de 2016

Este jueves..., esculturas al aire libre


Esta semana, por no repetirme con lo de Este jueves, es nuestra amiga Molí, en su blog Molí del canyer, quien nos anima a escribir sobre esculturas al aire libre. La verdad que últimamente no ando sobrado de creatividad, imagino que por culpa del trabajo. Después de varias semanas de silencio, aquí os dejo mi aportación. Espero sea del agrado de sus lectoras y lectores.

(Imagen de la red)


Me vino a la cabeza mientras paseaba por un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, y me topé con una estatua del famoso mono de Anís del mono, y me hizo recordar algo que me había ocurrido no hacía mucho tiempo, allá en Madrid. Os lo cuento:

Eran las siete de la tarde en plena plaza de la Puerta del Sol, de un bullicioso Madrid. En una esquina de la plaza, cerca de la calle del Arenal creo recordar, había un mimo de esos que te hacen una mueca o se mueven como un resorte si les echas una moneda. El caso es que, más que mimo, era una mima, que cada vez que la echaban una moneda se quitaba una prenda de vestir. Había congregado gran expectación masculina, dado que había llegado hasta su ropa interior. En efecto, con la próxima moneda se desprendería del sujetador o de las bragas, muy bonitas por cierto. El problema fue que ninguno de los asistentes, por mucho que nos buscábamos, teníamos moneda alguna en nuestros bolsillos. Y no es que no tuviéramos monedas, sino que ¡no teníamos la cartera encima!

El motivo de semejante pérdida monetaria fue que, la mima, tenía una mona de berbería adiestrada que nos había estado robando las carteras y monedas de los bolsillos. ¿Que por qué no nos dimos cuenta del hurto?, pues porque todos teníamos clavada la mirada en lo mismo. 

La mima abandonó su postura pétrea, acarició a la mona ladrona con mirada cómplice, y nos dijo que recuperaríamos  nuestras carteras. Sólo teníamos que hacer una cosa, quedarnos en calzoncillos. Mientras nos desnudábamos la mona nos iba devolviendo la cartera, así como demás enseres, de uno en uno. El animal había memorizado a quien pertenecía cada objeto. Y mientras nos quedábamos en calzoncillos, la mima se iba poniendo toda la ropa que se había quitado, sacó un pequeño espejo, y se pintó los labios gozando de tener todo un harén de hombres desnudándose para ella.

Todos estábamos allí casi desnudos y con la mirada clavada en las losas de piedra de la pavimentada plaza, ya que el pudor nos impedía levantar la mirada y sentirnos observados por la muchedumbre, más femenina que masculina. Y, poco a poco, iban cayendo monedas a nuestros pies. Eran las mujeres que nos animaban a quitarnos los calzoncillos, muy variopintos por cierto. Pasamos tanta vergüenza y nos sentimos tan humillados que nunca más volvimos a mirar a las mujeres como a un trozo de carne. Ni a las monas de berbería. Menudos bichos listos. Se merecen una estatua al aire libre ;-)

P.D.: Confieso que la estatua en honor al Anís del mono está en Badalona, situada en las cercanías de la fábrica de dicha bebida espirituosa.


Alberto Villares


Espero haber contribuido a que tu día haya sido un poquito mejor después de haber leído esta historia, que pudo ser cierta, ¿o me ocurrió de verdad? No lo recuerdo. 

17 comentarios:

  1. Es tan bueno tu relato que parece que es real.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Ahhhhhhhh me encantó la moraleja que se desprende de este relato (no importa cuánto de verdad o ficción tenga) Esa manera en la que los hombres suelen ver a las mujeres pone de manifiesto que hay mucho que cambiar aún en nuestra cultura, pretendidamente de avanzada, pero bastante retrógrada y sexista aún.
      Un abrazo
      P.d
      qué curiosa es esa estatua!,,,el mono tiene en realidad cada de viejo borrachín jejeje

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  2. No importa si es real o ficción, de cualquier forma me ha encantado, es original con ese toque de humor que la hace perfecta.
    El final me encantó, ojalá se pudiera cambiar realmente esa visión que se tiene sobre las mujeres.
    La estatua me ha sorprendido, en mi vida había visto algo así.
    Un abrazo.

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  3. La brillante y humorística historia ,merecería ser real por la moraleja que debe extraerse de la misma.
    No sabía de la existencia de esa estatua al Anís del Mono. Pero yo, que serví tantas copas en mi juventud, entiendo que es muy merecida.
    Un abrazo.

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  4. Si no es real es lo mismo, podría serlo. Lo importante es la moraleja, además de que lo has narrado magistralmente.

    Un abrazo.

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  5. Divertida y aleccionadora!! No tanto por lo de que los hombres deben vernos como iguales y no mirarnos como artículo de consumo..sino por el mono...Esos pequeñitos que son de lo mas listos e insistimos en que no pertenecen a los homo sapiens... wa!! si ya han ido hasta el espacio...
    Solo espero no tener que ver en vivo una secuela del planeta de los simios...eso si me daría susto..
    Y si tuviera una copita de anís del mono, con hielo y limón ..te diría saluddd! por tu esplendido relato...
    Besoss

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  6. Muchas gracias por vuestras respuestas. Cierto que lleva su moraleja, error por mi parte, ya que un relato no debe ser aleccionador. Para éso están los refranes y fábulas. Y cierto que, a veces, la corrección política se pasa y malinterpreta lo que no suele ser más que una gracia, broma o piropo de andar por casa. Y brindemos con anís del mono! Yo con un poco de limón también ;-)

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  7. Tu relato me ha resultado más que divertido solo de imagonarme a todos los que miraban ahora vitoreados y en calzoncillos. Muy ingenioso, besos.

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  8. Tu relato me ha resultado más que divertido solo de imagonarme a todos los que miraban ahora vitoreados y en calzoncillos. Muy ingenioso, besos.

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  9. Buen relato, aunque prefiero no buscar moraleja.
    Me gusta más como una historia de un astuto robo.

    Saludos.

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  10. No sé si fue real o no pero lo que si sé es que me dio tanta risa jajajjajajajajajaja me imagine todo jajaja.
    Besos y abrazos
    mar

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  11. Bonita y divertida historia que, sea real o no, nos invita a reflexionar un poquito sobre lo "tontainas" que sois en general los hombres que veis a una chica guapa a punto de desnudarse y os descuidáis completamente...ja,ja,ja.
    Un beso

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  12. Jajajajajaja! Me ha hecho divertir tu historia, y lo mismo da si es real o inventada, es muy buena.

    Un beso.

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  13. Divertida historia jajaajaj y me ha venido a la mente la estatua del anís del mono jajajaaj.

    Un beso.

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  14. Como han dicho muchos compañeros, la historia merecería haber sido real. No creo que encierre una moraleja sino que refleja una lamentable realidad. Una historia muy bien pensada y desarrollada. Ha sido un placer leerte.
    Un fuerte abrazo.

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  15. Un placer descubrirte
    Abrazo desde lo lejos

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  16. No has vuelto a escribir más, pero te dejo mis saludos dándote gracias por tu comentario en mi blog.

    Un beso.

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